Presencias 2
Te dejo
los lados,
los labios
con afán soberbio,
con afán sufridor,
escenificando
las estirpes del dominio,
el comercio de los afectos,
mientras desatas
las últimas cosas
que se olvidan.
Ya no se sustentan las argucias
entre tus tacos con la lluvia,
y esgrimes esa voluntad
por las cosas cercanas,
por las sapiencias iniciales
cortando las madrugadas,
restando el sueño
a las aves que remontan el horizonte.
Interminables desquicios,
las agresiones de tiempo en tiempo
con pelusas descoloridas
y los defectos de peinarnos
la izquierda,
de solventar la falta de alientos,
el extravío en época de engaño
que nos permiten cerciorarnos
que todo tiene precio,
a pesar de las almas,
a pesar de la miserias,
a pesar de las vasijas
y sus dibujos de lagartijas,
y mezclas torniquetes, moretones,
nubes negras con grafitis,
y tu traje verde oliva
se cubre de sangre
sin misión, motivo ni patria.
Te dejo
un señuelo
para la huida,
una silla para mirar oriente.
Te arropas
y sabes que no hubo compromisos,
no pudo haber,
tan solo, sabernos presencias
sonrosadas,
colindantes,
fronterizas,
líneas,
balbuceos,
a veces
fragantes.
los lados,
los labios
con afán soberbio,
con afán sufridor,
escenificando
las estirpes del dominio,
el comercio de los afectos,
mientras desatas
las últimas cosas
que se olvidan.
Ya no se sustentan las argucias
entre tus tacos con la lluvia,
y esgrimes esa voluntad
por las cosas cercanas,
por las sapiencias iniciales
cortando las madrugadas,
restando el sueño
a las aves que remontan el horizonte.
Interminables desquicios,
las agresiones de tiempo en tiempo
con pelusas descoloridas
y los defectos de peinarnos
la izquierda,
de solventar la falta de alientos,
el extravío en época de engaño
que nos permiten cerciorarnos
que todo tiene precio,
a pesar de las almas,
a pesar de la miserias,
a pesar de las vasijas
y sus dibujos de lagartijas,
y mezclas torniquetes, moretones,
nubes negras con grafitis,
y tu traje verde oliva
se cubre de sangre
sin misión, motivo ni patria.
Te dejo
un señuelo
para la huida,
una silla para mirar oriente.
Te arropas
y sabes que no hubo compromisos,
no pudo haber,
tan solo, sabernos presencias
sonrosadas,
colindantes,
fronterizas,
líneas,
balbuceos,
a veces
fragantes.